Amelia ( Una historia de reflexión)
Amelia se
aproximó al balcón, observó un ave
blanca hacer piruetas en el aire y deseó con todas sus fuerzas poder ser como
aquella pequeña palomita. Libre y feliz. Eran las dos cosas que más le
importaban. Y al pensar el motivo de por qué le gustaría ser como un pájaro se
dio cuenta de que ya no soportaba vivir en este mundo superficial lleno de
estereotipos e injusticias; clasismo, racismo, sexismo, gente con mente
cuadrada…
Ya no
aguantaba ver en las noticias que personas inocentes mueren cada día por falta
de tolerancia (religiosa). No quería escuchar nunca más a un hombre gritarle expresiones
groseras cuando caminara por la calle ni tener que ir a marchas para exigir
algo tan rudimentario como igualdad de derechos para las personas homosexuales,
ya no resistía visitar a su amiga bulímica en el hospital y observar cómo le inyectaban
anti depresivos. Y no podía seguir viendo a su madre privarse de un pedazo de
torta porque “tiene demasiadas calorías”. Tampoco estaba dispuesta a ser llamada “puta” nunca más por abrazar a un chico aunque en realidad le atraiga
otro o por usar una minifalda. No era capaz de seguir viendo como los niños de
escasos recursos eran sacados a patadas y golpes cuando se acercaban a
restaurantes a vender caramelos para ganar dinero y poder vivir. No quería tener
que seguir firmando y firmando peticiones en el internet para que la gente no
robe inocentes mascotas a familias para comerlos o para que prohíban prácticas
donde se llevan a cabo abusos y torturas psicológicas y físicas con el objetivo
de “arreglar” a las personas que por el hecho de tener o no un pene o una vulva
no pueden ser mujeres o hombres incluso si se sienten como una/o. Estaba harta
de la gente ignorante que se burla de los individuos que no encajan en los
géneros “masculino” y “femenino”. Y estaba fastidiada por la forma en la que
las grandes industrias de “belleza” nos han lavado el cerebro con sus imágenes
de “perfección” para no permitirnos
vernos hermoso/as a nosotros mismos de tal modo que la mayoría de personas no
podamos amarnos ni aceptar un cumplido sin ser llamados “egocéntricos” o
“narcisistas”.
No quería escuchar ni a una persona más llamar
a una chica “perra” por tener un comportamiento inadecuado según lo que dicta
esta sociedad. Y no aguantaría leer ni una historia más de autoridades discriminadoras
abusando de su poder y utilizándolo en contra de gente inocente solo por tener
un color de piel diferente ¡Porque por Dios, ya estamos en el siglo veintiuno!
Y pues,
claro que ella sabía que así como hay cosas negativas hay también cosas buenas.
Pero no lo compensan en absoluto y estaba consciente de que arreglar todo el
desastre que hemos creado los humanos es imposible y que podría gritar a todo
pulmón lo que estaba mal en este mundo pero nadie escucharía porque cada
persona está muy ocupada creyendo que lo único correcto es lo que uno piensa. Y en
ese momento se dio cuenta de no podía seguir viviendo aquí. En el planeta de la
corrupción y las mentiras. En el mundo donde te apuñalan por la espalda y luego
te preguntan que por qué estas sangrando. Un mundo colmado de exclusividad,
separación y rivalidad, un lugar que tuvo el potencial para ser un paraíso pero
fue arruinado por sus habitantes; como una madre que se entrega a sí misma y es
destruida por sus propios hijos porque no pudimos hacer una cosa simple:
respetar al otro. No discriminarlo ni juzgarlo.
Amelia sabia que la tolerancia mundial era imposible
entonces se dijo a sí misma “Si lo último que se pierde es la esperanza y yo ya
la he perdido no me queda nada más”. Así que salto del balcón sabiendo que el
lugar a donde fuera no podría ser peor que el que abandonaba.
******
Unos días después se escuchaban comentarios en
los pasillos de su colegio
‘Estoy segura de que solo quería llamar la
atención”
“Es una lástima que se haya matado era bien
guapa”
“Pobrecilla, tenía problemas mentales y ni si quiera
pidió ayuda’’
Amelia sonríe a lo lejos sabiendo que tomó una buena
decisión…
FIN
-Tha
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar en el blog de Paiscathami, tu comentario será publicado en un momento.