Al mal tiempo, buena ¿cara?

Hola!
Siguiendo con esto de los cuentos, les traigo algo que escribí hace un tiempo. Disfrútenlo!

- …Mi vida no ha sido fácil. No digo que la de los demás lo sea, pero creo, que he pasado por cosas más complicadas que otros. Y bueno, si de algo me sirvió, fue para aprender. El destino sólo te pone las batallas que tú puedes luchar. No sabía cuán fuerte era, hasta que ser fuerte fue la única opción que me quedó. Recuerda, sin los momentos bajos, los sentimientos de tristeza, dolor y nostalgia nunca sabríamos disfrutar y abrazar los momentos felices. Sé fuerte.
En su cara pálida como el papel apareció una sonrisa. Pero era una diferente, su cara reflejaba dolor y cansancio, rastros del pasado, y sus ojos lucían un tanto apagados en comparación a los antiguos ojos risueños de la niña de doce años que era hace poco.
En tanto Dora cumplió quince años, se la llevaron para cumplir sus obligaciones con el ejército. Como la situación de la nación era crítica, necesitaban todos los soldados disponibles para dar lucha. Pero ella nunca fue una niña violenta, temeraria  ni muy fuerte, ella sufría con el sufrimiento de los demás, estaba en desacuerdo con la sociedad y el comportamiento egoísta de los humanos. Después de tres meses de servicio militar, una vida dura (que yo conocía muy bien) y nada agradable, Dora se cansó de ver a la gente morir por un ideal en el que no creían, a los heridos sufrir sabiendo que ya no tenían esperanzas, y a los soldados sanos con el miedo en sus ojos de que les sucediera lo que a sus compañeros; harta de todo esto, ella intentó escapar, y en su huida una bala enemiga la alcanzó. Yo sólo recibí una llamada, diciendo que mi hija estaba herida, en grave situación y que había pedido verme.
Era idéntica a su madre, quien había muerto en la guerra hace unos años: la cara de piel blanca, cubierta de pecas, con un cabello castaño, con unos especiales reflejos rojizos, ojos de un azul intenso y labios finos, que ahora sonreían con esfuerzo. Con ésa sonrisa comprendí que luchaba sólo por mí, ella odiaba este mundo, seguramente estaba pensando en irse a un lugar lejano y pacífico. Yo sólo quería su felicidad, y me dí cuenta de que estaba siendo egoísta, justo como ella odiaba que sean los hombres, así que, con una sonrisa triste y una lágrima bajando por mi mejilla le dije:
- Dora, mi ángel, has sido muy fuerte, regresa a tu hogar, anda con mamá. Te amo.
Y entonces volvió a sonreír, aunque esta vez fue una de esas sonrisas verdaderas, hermosas y radiantes. Ella, que estaba feliz de que yo comprendiera su corazón puro, dijo con voz apenas audible:
- Gracias papá, yo también te amo.
Y con estas últimas palabras se fue, allá arriba, a su verdadero hogar, el reino de los ángeles.
Me sentí vacío. Lloré y lloré, hasta que escuché aquella música: suave, lenta, triste, pero con un matiz de esperanza, que me llenó, me volvió a dar fuerzas, me sacó de mi realidad, me recordó que tenía dos niños a mi cargo, que los amaba y que quería protegerlos. Esa música me dio un momento único, me dio esperanza y sorpresivamente me hizo aprender algo más de la vida: al mal tiempo, buena música.

Bueno, eso es todo, espero que les haya gustado❤️
Los quiere,
Is❤️

Comentarios

  1. Las amo!!!! Son una inspiración en mi vida, gracias a ustedes aprendí mucho!
    Sigan publicando pls!!! :)

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